En 2018, WomArt surge como respuesta ante la masculinización evidente del sector del arte urbano, donde los grandes nombres siguen siendo hombres y las mujeres permanecen como nota a pie de página. De manera contestataria, la artista Aïda Gómez haría la intervención Glass Path en Mataró: una instalación que visibiliza el techo de cristal y los obstáculos que deben afrontar las mujeres para llegar al reconocimiento artístico.
Glass Path sería la primera obra del proyecto Womart, con el que Rebobinart incorporaba una primera perspectiva de género para dar cabida al talento femenino y que se acompañaría con nueve intervenciones de nueve artistas más en diferentes ciudades de la Xarxa Transversal: Pedra en Girona, Mónica Rikic en el Museu de Granollers, Elbi Elem en el Museu de l’Ebre de Tortosa, BTOY en Olot, Minuskula en la Casa de la Cultura de Sant Cugat, Hyuro en el Casal de Joves La Palma de Reus, Paula Bonet en el Museu de l’Empordà de Figueres, OVNI en Manresa y Lula Goce en Vilanova i la Geltrú. Una vez acabada la colaboración con la Xarxa Transversal, WomArt continuó su actividad en el seno de Rebobinart con las Womart JAM de 2020, 2021 y 2022, así como con el Wall Claim de Killa EK en la Farinera del Clot en 2021.
WomArt se focaliza en el reconocimiento y la representación femenina en el arte urbano, en cómo su agencia ha estado marginada y oprimida en un mercado en constante crecimiento. Las productoras tienen una demanda cada vez más grande de intervenciones públicas, pero tienen una cartera de artistas marcada por unos estándares heteropatriarcales que hay que diversificar. Este sesgo penetra también la percepción de los públicos, que consideran por defecto que la autoría del arte urbano está dominada por hombres. Este sesgo refleja una realidad en los estudios de arte urbano: por ejemplo, en la antología de referencia World Atlas of Street Art and Graffiti (2013), de John Fekner y Rafael Schacter, solo 3 de 97 artistas son mujeres.
¿Qué hacer en respuesta a este sesgo perceptivo? ¿Cómo reivindicar el talento femenino sin ser paternalistas? Todavía más, ¿cómo vindicar la diversidad en identidad de género y orientación sexual sin represión ni violencia en el mundo del arte urbano?
Estos son retos de futuro que hay que encarar con la complejidad que merecen. Pero actualmente WomArt no es un proyecto escindido y diferenciado de Rebobinart, sino que ha pasado a integrarse en su ADN de manera sistémica, cuestionando el proceso de elección y producción de los murales y festivales para tender hacia un arte urbano menos normativo.