Desde su primera edición en 2014 hasta la última, en 2018, Uso Barcelona mostraba nuevos acercamientos al arte urbano (muralismo, danza, performance, música, gastronomía…) interviniendo en espacios emblemáticos y generando una transformación de la ciudad. En 2014 se intervinieron las Glòries, seguidas del Eix Pere IV en 2015, Can Ricart en 2016, el Poblenou en 2017 y, finalmente, la prisión de la Modelo en 2018. Cada una de las ediciones permitía repensar el patrimonio público, industrial e histórico mostrando sus aspectos e interpelaciones inadvertidas. Al mismo tiempo, artistas que nunca habían pintado en el espacio público, como Guim Tió, Amaia Arrazola o Reskate, lo hicieron, y se abrió así un nuevo nicho de ilustradores que emergían, también, como artistas urbanos.
La especificidad del proyecto rae en su énfasis en el tiempo: Ús Barcelona rompe el ritmo acelerado de la gran ciudad y del consumismo para provocar una frenada forzada. Así, a partir del arte urbano, nos invita a cuestionar de manera festiva y artística la manera de estar en el mundo.