Yoseba MP

Joseba Muruzábal, más conocido como Yoseba MP, con tan sólo 14 años comenzó a adentrarse en el mundo del arte urbano. Se licenció en Bellas Artes y actualmente ejerce como artista. Sus obras presentan un estilo realista a partir del cual representa escenas cotidianas, pero a menudo combina esta realidad con ciencia ficción. El estilo de Yoseba presenta una clara influencia de la fotografía y el cómic. En 2009 ganó el premio Novos Valores de la Diputación de Pontevedra con el cuadro «Juancho y sus Perros». En el año 2012 inició la serie «Fenómenas do rural», un homenaje y un testimonio de la labor que desempeña la mujer rural en Galicia.

De adolescente pintabas graffiti, ¿cómo influyó este primer contacto entre la creación y la calle en el desarrollo de tu carrera artística?

Sí, pintar en la calle de pequeño me facilitó de alguna forma ganar dinero decorando locales comerciales durante y después de la carrera de Bellas artes. Esto a su vez me preparó a nivel técnico para lo que vendría poco después, pintar edificios con mis propias temáticas.

Estudiaste la carrera de Bellas Artes en Galicia, ¿cómo influyó esta formación en la evolución de tu técnica y de tu estilo realista?

Estudié en Pontevedra, una facultad de corte conceptual, aprendí a pintar a base de meterle horas en el taller, por suerte tenía un compañero, David Loureiro, un virtuoso del pincel en aquel entrono, fue mi profesor de pintura particular y compañero de piso durante esos años. Ojo, aprendí mucho en esa facultad, aprendí a tener ideas. No pintaría lo que pinto si no hubiese pasado por allí.

 

En Galicia te conocen por pintar “Superabuelas” (abuelas con superpoderes) en las fachadas de varias localidades y pueblos. ¿Cómo nació este proyecto?

Esta serie se fue formando en una transición muy suave. Llevaba años pintado una serie que se llamaba “Mis amigos y sus perros” y el tema se fue agotando por si solo. Pinté varios paisajes de carretera y en alguno ya aparecía alguna superabuela en mandil; el arcén es un lugar de transito donde las sueles encontrar con frecuencia.

Tras pintar a un Yoda haciendo levitar unas patatas fritas en una hamburguesería móvil me propusieron participar en una exposición donde el tema a pintar era el cocido. Hice una mujer pelando una patata en el aire, vi una jedi inmediatamente, lo que por tradición estaría vinculado a la figura de una “meiga”, mi cabeza, que lleva tiempo rumiando imágenes de mandiles a cuadros, era algo mucho más contemporáneo e incluso metafóricamente más real. Este es el germen.

El concepto de “Fenómenas do rural” fue madurando a medida que iba conociendo más modelos. Ahora tengo una teoría que puede ser cierta o no. A mí me vale para cimentar teóricamente esta serie y la fui construyendo tras visitar muchas casas del rural gallego en los últimos 7 años. De forma resumida estas son mis conclusiones.

La mujer rural minifundista, como es el caso de las gallegas, convive con el trabajo físico de las huertas desde la infancia hasta la vejez. En el latifundio, como las tierras no son propias, cuando se llega a la edad de jubilación ese trabajo físico desaparece. (que hay otros) Por estadística y por experiencia propia, pude comprobar que la mayoría de las mujeres mayores de setenta años son viudas o están en mejor estado de salud que sus parejas. Por lo que en Galicia y supongo que en el resto del mundo, a determinado corte de edad hay una mayoría de mujeres en relación a hombres.

La mujer rural gallega supongo que igual que las de otras comunidades tienen unos factores comunes a nivel vital que las unifica. La alta tasa de emigración masculina, la incorporación a las tareas del campo a una edad muy temprana e incluso un factor determinante puede ser la dispersión de los núcleos urbanos en Galicia. Nunca se sabe dónde termina un pueblo y empieza otro, todo el territorio es una continuidad de casas y huertas, lo que unifica y a la vez separa. Lo que hace que las relaciones sociales de las mujeres del rural se hagan en la huerta o en el arcén de las carreteras. A diferencia de los hombres que la hacen en los bares. (estoy generalizando)

Luego está el tema del mandil, hasta los años ochenta los madiles de toda España lucían una estampa muy similar, en el rural, a una determinada edad la mujer vestía prendas de poco color con estampado muchas vece de cuadros. Ahora en nuestra comunidad el mandil tiene un patrón de cuadros determinado que varía en función de combinaciones de colores y cortes del mandil. Todas parecen formar parte de un mismo equipo. Las prendas de trabajo se convierten así en prendas de vestir porque estas mujeres siempre están haciendo algo.

Por todo esto y alguna cosa más concluyo que estás mujeres minifundistas desarrollan una fuerza física y una resistencia al trabajo que no se ve frenada en su vejez debido a su contexto. Esa fuerza es real, y mi intención es dar testimonio de ello exagerándolo y tratándolo en clave de humor, amparado en ese imaginario colectivo de ciencia ficción que todos entendemos para dar vida a esta nueva mitología gallega.

La realidad de estás mujeres es dulce por lo que ellas son, y amarga por todo a lo que renunciaron en favor de sus familias. Por suerte para todos, nada que ver con el concepto de vida que tenemos ahora.

Cada mural de las Superabuelas muestra una historia real de la vida rural de esas mujeres, con un toque humorístico. ¿Cómo crees que puede llegar a influir este guiño heroico a la tarea de esas mujeres en el reconocimiento de los trabajos rurales en Galicia?

A ellas mis murales no las va a empoderar, pero la percepción que nosotros tenemos de ellas sí que puede variar un poco, las veces que fui a colegios a hablar de mi obra, los niños lo entendían a la primera, en los coles del rural pueden ver el reflejo inmediatamente en sus abuelas. Luego les pregunto cuáles son las cosas más brutas que hacen sus abuelas y lo paso en grande.

El ser humano no valora como algo extraordinario lo que ve todos los días, y hay miles de mujeres con mandil que con ochenta años van todos los días a la huerta, podan manzanos y cortan leña. Es la cantidad de mujeres extraordinarias el motivo por el que se diluye su importancia.

Este proyecto implica un trabajo previo con las abuelas. ¿Cómo llegas a conocer sus historias?

Suelen ser los nietos. Últimamente, como a las abuelas de mis amigos ya las pinté, hago anuncios en Facebook para encontrar a las modelos.

Una vez la señora conoce lo que hago tengo varios encuentros con ella. Al principio iba un día y resolvía, ahora tengo un día o dos de conversaciones y meriendas y después hago la sesión de fotos ya sabiendo en que posición y con qué elementos la necesito, es muy divertido, en muchas salen las manos de los nietos haciendo de contrafuerte trasero para que no haya ninguna desgracia.

A los inicios de tu carrera como artista producías obra de estudio, ahora estás más enfocado al arte urbano. ¿Consideras que el arte urbano te ofrece un contacto más directo con otras personas y con el entorno? ¿Es para ti un valor añadido el poder intercambiar historias a través del arte?

El arte urbano me da visibilidad y dinero, valoras los murales por dificultad y metros y es más fácil fijar un baremo de honorarios, pero es efímero. Claro que sigo pintando en el taller, si no pasaría medio año viendo series, que lo hago igualmente, hay tiempo pa todo.

Los cuadros van a ser el testimonio físico de esta serie, de los murales con los años solo quedarán las fotos.

A finales de 2019 hiciste el mural “Un Castell, moltes llengües i 12 mil km2” en l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), algo muy distinto al proyecto de las Superabuelas. ¿Cómo fue la experiencia de alejarse de tu “zona de confort” para hacer algo nuevo? ¿Es importante para ti seguir desarrollando otras líneas de trabajo?

Lo pasé genial pintado els Castellers. Los primeros cuadros de muñecos los hice en 2016 y el primer mural de muñecos lo pinté en Salamanca en una puerta de garaje. Tenía muchas ganas de llevar la temática a lo  grande y Hospitalet me dio la oportunidad.

Sí, es muy importante para mí hacer cosas distintas, me encanta la serie de “Fenómenas do rural” por todo lo que me aporta a nivel personal pero para no aburrirme de ella tengo que hacer otras cosas que me motiven y me diviertan.

Para mí es más importante la idea que la pintura en sí misma, no en la obra de los demás, mi gusto es muy variado y obras puramente formales que flipan. Me refiero a lo que yo hago a lo que yo necesito para poder pintar sin sentirme vacío.

El mural tuvo muy buena recibida por parte de la ciudadanía, todas las generaciones se sentían identificadas con alguno de los personajes del Castell y lo comentaban. ¿Cómo vinculaste la cultura del cómic y de los dibujos animados con la historia y el contexto de este territorio?

Como dije antes la serie de los muñecos la tenía presente, así que después de ver la historia de la ciudad, la importancia de su diversidad conviviendo en un contexto de una marcada de identidad catalana, se me ocurrió mezclarlo todo y contextualizarlo con un título que definiese y explicase mejor lo pintado.

Voy a hacer un corta y pega con el texto que acompañó a la publicación del mural.

Un castillo Muchas lenguas Y doce kilómetros cuadrados.

Hospitalet es diversidad. Con este título intento dar sentido a esta torre de muñecos, todos de diferentes universos, todos construyendo, buscando el equilibrio para coronar a ET.

El hecho es que Hospitalet es una ciudad muy grande en población y pequeña en tamaño. Siempre fue refugio de los migrantes nacionales y ahora lo es de gente de todo el mundo. El colegio de Collblanc, que está muy cerca del mural, tiene solo un 20% de alumnado de padres nacidos en Cataluña.
Este castillo, elemento y ejemplo de la pericia Catalana (y Valenciana) está siendo construida de forma constante por las gentes que a esa tierra llegan para buscarse un porvenir.

De hecho, antes de hacer el mural hiciste un castillo real con tus propios muñecos, ¿verdad? ¿Los coleccionas?

Sí, hice un castillo, y encontrar el equilibrio y la composición me llevó dos días. Se caía todo el rato, y yo me empeñaba en que fuese un casteller de verdad. Al final tuve que recurrir al blutac.

L’Hospitalet de Llobregat es un ejemplo de ciudad que apoya el muralismo. ¿Por qué crees que cada vez hay más proyectos de arte urbano? ¿Dirías que ha habido un cambio positivo estos últimos años en relación con esta disciplina?

Ufff, ahora la voy a cagar. La mayoría de las veces el muralismo resulta una acción barata en relación al resultado, por lo que muchas ciudades se suman a la causa del color. Pero lo que en un primer momento era un metodo de limpiar y embellecer zonas abandonadas se está convirtiendo en una invasión. Si queremos que esto dure todos los responsables tenemos que márcanos límites.

Yo no creo que pueda decir que “no” así que espero que nunca me ofrezcan un faro blanco.