Alberto Montes

Alberto Montes (Los Corrales, Sevilla, 1995), graduado en Bellas Artes por la Universidad  de Sevilla y Máster de Producción Interdisciplinar por la Universidad de Málaga es un artista plástico que ha participado en proyectos como la II Bienal Universitaria Andaluza de Arte Contemporáneo (Sevilla, 2017), CREENÇA (Cal Rosal, 2018), Homeless (Miami, 2018), Void Projects Residency (Nueva York, 2019), recientemente ha sido becado por la Fundación Antonio Gala en su XX Promoción de Ayudas para Jóvenes Creadores (Córdoba, 2021-22). Recibiendo varios premios donde se destaca 1o Medalla de Oro de la beca El Paular (Segovia, 2017), 1o Premio Crea Joven (Sevilla, 2018), 1o Premio XXX Premios Madroño (Madrid, 2022), 2o Premio 50o Concurso Internacional de Pintura de Paisaje (Alcalá de Guadaira, 2023), 3o Premio XIV Certamen de Pintura Grúas Lozano (Sevilla, 2024), así como varias menciones honoríficas en diferentes certámenes.

Es el autor del mural Re-visión de un paisaje granaíno, comisariado por Rebobinart, para la empresa de residencias de estudiantes Livensa Living.

El campo y la naturaleza construyen tu identidad como artista. ¿Cómo integras estos elementos en tu proceso creativo y en tus obras?

Soy de un pueblo bastante alejado de la ciudad. Eso marca irremediablemente mi personalidad y mi sensibilidad. He pasado casi toda mi infancia y adolescencia en el monte, forma parte de mí y considero que conozco bien sus formas. Aparte, me parece un tema interesantísimo y con muchas posibilidades pictóricas.En tu obra hay un equilibrio entre el arte y la naturaleza. ¿Cómo manejas este balance y qué desafíos encuentras en el camino?

El arte es invención humana, y la naturaleza ya estaba ahí antes que nosotros. Diría que aunar en una obra artificio y naturalidad es lo más complejo. Acercarme a ese equilibrio es una de mis grandes obsesiones.

Has participado en numerosos festivales de arte urbano a nivel internacional. ¿Cómo influyen estas experiencias, junto a tu formación y las becas que has recibido, en tu desarrollo y estilo artístico?

Lo que más valoro del muralismo y las becas de residencia es la posibilidad de viajar por diversos lugares del mundo, coincidir con muchísimos artistas, sensibilizarme con diferentes contextos y conectar con todo lo que ocurre a mi alrededor en ese tiempo. Procuro conseguir una obra contextualizada y con sentido cada vez que salgo del estudio.

Y, ¿cómo ha influido tu participación en residencias artísticas en ciudades como Nueva York y Miami?

Mis viajes a EEUU han sido determinantes en mi crecimiento artístico, he tenido la gran suerte de coincidir allí con grandes artistas. Todo se maximiza mucho en estas ciudades, también desde el pensamiento, la actitud o la mirada.

Has trabajado en proyectos como la II Bienal Universitaria Andaluza de Arte Contemporáneo y el Festival de Arte Urbano Wide Open Walls en Sacramento (California). ¿Qué diferencias encuentras entre trabajar en estos eventos y en tus proyectos individuales?

Ambos son de naturaleza muy distinta y han ocurrido en momentos diferentes. Tanto uno como otro han sido fundamentales. BIUNIC fue una oportunidad increíble de mostrar mi primer trabajo de estudio en instituciones como la Fundación Valentín de Madariaga y Caja Rural, de ahí salieron otras oportunidades y mucho aprendizaje. Wide Open Walls, por otro lado, fue la experiencia de muralismo más bestia que he tenido nunca, fui invitado por Axel Void junto con Iván Floro (VanVuu) y Emilio Cerezo. Aquello fue un punto de inflexión en mi percepción del muralismo y del trabajo en equipo. Fue superdivertido e intenso, lo pasamos en grande. De ahí salieron muchas anécdotas surrealistas que algún día os contaré (ríe).

Por otro lado, los proyectos individuales son fundamentales para el crecimiento personal. La clave está en el equilibrio, como en todo.

La descontextualización y fragmentación son temas recurrentes en tu obra. ¿Qué te atrae de estos conceptos y cómo los aplicas en tu arte?

Procuro que mi obra te detenga, te cause interés, te pares a verla y analizarla. Las estrategias estéticas que uso son las que comentas, intento provocar una sensación de extrañamiento, principalmente. En los murales uso mucho la fragmentación, ya que considero que funciona muy bien con el entorno arquitectónico (edificios, casas, puertas, ventanas, rótulos de negocios, reflejos, etc.). De alguna manera, el mural participa de todo ese ritmo visual que lo rodea.

¿Cómo ves la evolución de tu trabajo en los próximos años, especialmente en términos de exploración de la percepción y el lenguaje de la pintura contemporánea?

Es algo que no me preocupa en exceso, se dará de forma natural. Dependerá en gran medida de mis intereses futuros, de lo que vea, lea, escuche y/o descubra.

El paisaje es un tema central en tu obra. ¿Cómo decides qué aspectos del paisaje destacar y cómo representarlos?

Dentro del paisaje hay infinidad de ritmos, formas, colores, en definitiva, posibilidades. Intento seleccionar aquellas que mejor se adapten a mi forma de pintar, para sacar una mayor potencialidad a mi trabajo, muchas veces me dejo guiar por la intuición.

¿Qué importancia tiene para ti la preservación de la memoria del territorio a través de tu arte, y cómo crees que tus obras contribuyen a este objetivo?

Hay un concepto que me gusta mucho y a veces parto de él, es el de Genius Loci o espíritu del lugar. Se nos refiere como aquello que habita y protege un lugar, dotándolo de identidad y de sentido. Lo que está detrás de la idiosincrasia de cada pueblo. Trabajar este concepto implica establecer una conexión profunda y consciente con el lugar y/o el territorio, generando una experiencia artística más significativa y coherente.

Procuro que mi trabajo sea una especie de resistencia a la desconexión con el entorno natural o rural, tan en alza últimamente en la sociedad contemporánea.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes artistas que buscan explorar la relación entre la naturaleza y el arte urbano en sus trabajos?

Cada cual tiene sus motivaciones, habrá gente que no le interese ni el paisaje ni el arte urbano o todo lo contrario, como es mi caso. No considero que esté en una posición de dar consejos a nadie. Personalmente, si algo me ha ayudado es preguntarme mucho sobre mí, analizarme de alguna manera. De esa autoexploración surgen pistas que guían mi trabajo. Que cada uno busque en sí mismo sus motivaciones y obsesiones.

¿Qué proyectos futuros tienes en mente y qué te gustaría lograr a largo plazo con tu exploración artística?

Ahora mismo estoy preparando algunos proyectos de mural que creo que van a ser importantes, tanto locales como internacionales. También me motiva mucho meterme en el estudio y repensar mi trabajo con los cuadros, buscar nuevas maneras de contar y mostrar mi trabajo.

 

Sobre Re-visión de un paisaje granaíno

¿Qué te inspiró para crear este mural?

Principalmente, siempre que diseño algún mural procuro tomar referencias del entorno que envuelve al mural. Una especie de investigación botánica. Con el material que encuentro (no siempre encuentro todo) incorporo los elementos que siendo del paisaje local se adapten mejor a mi estilo pictórico.

¿Hay alguna historia personal o evento que te motivó a elegir este tema?

Sí, todo el trabajo que realizo tanto en el espacio público como en la obra privada de estudio (que se muestra en galerías), el tema que lo hila todo es el paisaje. Un paisaje casi biográfico. Yo soy de un pueblo muy pequeño de Sevilla, del centro de Andalucía. Mi vida está asociada directamente al campo y la naturaleza y eso construye mi identidad. La obra que yo realizo parte de ese tema con interés puramente pictórico, canalizando las cuestiones y problemáticas que más me obsesionan en cada momento. Me parece un tema versátil y que se presta a muchas posibilidades que pueden no tener otros géneros como el retrato, el bodegón, etc.

¿Puedes describir tu proceso creativo para este mural?

Primero recibo la pared y después hago una investigación por internet con la que creo un banco de imágenes propio de la zona. De este mural, de hecho, tengo 46 imágenes. Dependiendo de la pared vuelvo a revisar los archivos y veo qué elementos se adaptan mejor a esta, porque no la puedo cambiar (ríe). También me guío por las sensaciones que me causa la propia investigación visual que hago, ya que me genera un clima de lo que quiero transmitir con el mural.

Sobre los colores, hice varias propuestas. La primera tenía unos colores más blanquecinos o pálidos, por hacer un guiño a Sierra Nevada. La paleta final tiene esos elementos marrones, verdosos, amarillentos y el color granate de la granada. Es un mural que forma parte de un clima mediterráneo que queda implícito dentro de la gama cromática. Quería hacer un mural que no solo por los elementos, sino también por los colores, te llevaran a un  sitio en concreto. Este mural no se entendería igual en el norte de Europa, es para un clima más sureño.

¿Hay algún artista o movimiento artístico que haya influenciado tu estilo o enfoque en este mural?

En general, sí; en concreto, no tanto. Me influyen muchas cosas, desde la pintura, literatura, cine, gastronomía, compañeros, etc.

¿Hay un mensaje o sentimiento específico que quisieras que el público se lleve después de ver tu obra?

Digamos que sentirse más próximos al paisaje, a la naturaleza. Y a la pintura también, por supuesto. Generar interés hacia ambos temas. Creo que el concepto de mediterraneidad es muy interesante, y abordarlo desde el paisaje andaluz-granadino era una motivación y un reto. Es un tema que puede generar un sentimiento de pertenencia muy fuerte.