Octavi Sierra, nació en Girona en 1990. Cursó estudios de Diseño del Producto, pero prefirió dedicarse a crear poesía visual, ya que tiene un gran dominio del diseño y de la fotografía. Sus obras se caracterizan por retratar las frustraciones de la vida moderna siempre con un toque de ironía. Crea ilusiones ópticas, las cuales muchas se encuentran en el espacio público y a partir de estas logra remover la conciencia de las personas, sorprenderlas y compartir sus inquietudes. Las instalaciones y esculturas que crea son un signo de nuestros tiempos que van atadas a una recreación de la insatisfacción del panorama social actual. La arquitectura urbana de Serra consigue reírse de la cultura actual y cuestionar el estatus quo. Cada imagen retrata un mensaje sobre algún problema sociopolítico, y estas imágenes deben mirar más de dos veces para descubrir sus significados.
Estudiaste diseño de producto pero terminaste enfocando tu carrera en el desarrollo de intervenciones artísticas en el espacio público. ¿Qué te impulsó a redireccionar tu carrera artística para trabajar con este formato?
Poco a poco fui descubriendo que la funcionalidad no me interesaba. La mayoría de ejercicios de la universidad estaban enfocados en encontrar nuevas necesidades para solucionar a través del diseño. Yo pienso que podríamos, perfectamente, dejar de inventar cosas útiles y centrar nuestros esfuerzos en trabajar nuestra manera de entender el mundo, trabajar nuestra moralidad, hacernos preguntas sin que el objetivo sea el beneficio económico. Crecer como humanos. Si el diseño tiene que preocuparse de algo es de dejar de producir objetos como mesas y sillas, ya los tenemos en masa en los catálogos repartidos por todo el mundo. El diseño debería preocuparse de hacer la sociedad más horizontal. Si se dedica tiempo a diseñar mesas y sillas que sea para hacerlas baratas, gratis o simplemente una hoja de instrucciones para aquellos que no pueden comprar una puedan tener una.
A través de tus intervenciones tratas temas como la corrupción, el consumismo o el cambio climático desde una perspectiva poética y creativa. ¿Qué efectos consideras que tiene el arte como vía para reaccionar al status quo y por cuestionar el funcionamiento socioeconómico establecido por las estructuras de poder?
El arte es reflexión, comunicación. En mi caso, me gusta que la gente pueda entender ciertos mensajes sin que sean explícitos. Pongo sobre la mesa temas bastante comunes, lo hago a través de objetos que han sido mínimamente intervenidos. Supongo que se podría describir como una perspectiva poética ya que no hablo ni intento transmitir ningún absolutismo. De todo lo que se reflexiona en mi obra, yo no soy un experto, me informo porque me interesa, pero no tengo ni idea de cómo solucionar los problemas y las preguntas que planteo, simplemente las transmito a partir de un canal que no es la oral.
Precisamente, tus obras tienen un fuerte vínculo con el espacio público, que es accesible a toda la ciudadanía. ¿Qué te aporta trabajar en este entorno? ¿Cómo influye el contexto del espacio en tu obra y en la recepción del público?
Empecé a trabajar en la calle por un tema de espacio y de cáscaras. No tenía ninguna galería donde exponer y pocas pelas para tener un taller y hacer producción, así pues, empecé a hacer piezas con objetos y materiales que tenía por casa y los iba colocando por la calle. A partir de ahí, viendo la repercusión que tenía y cómo reaccionaba la gente me sorprendió mucho y continué por ese camino.
Sobre el contexto, decir que para mis piezas es de una importancia vital. Tal es el 90% de la pieza. Me encanta buscar las posibilidades que me dan los diferentes contextos y jugar.
¿Crees que tu obra también podría tener un efecto crítico en un contexto más institucional como el de un museo?
Creo que sí. Tengo bastantes ideas para hacer en galerías e interiores pero mi capacidad de comunicación con galerías es casi nula y los proyectos, rara vez salen adelante. Quizás más adelante podré hacer algo, a saber. Sería trabajar un contexto nuevo, y con todo lo que puede significar el interior de una galería seguro que se puede encontrar un fondo conceptual bastante interesante.
Has creado esculturas, murales, instalaciones efímeras … ¿Qué te aporta el hecho de trabajar con varios formatos y soportes?
Creatividad continua. Repetir cosas me aburre y no le encuentro mucho sentido. Cada pieza tiene un sentido dependiendo del lugar donde se ha producido. El canal, sea pintura, escultura… es una consecuencia de la idea.
La mayoría de tus proyectos tienen una temporalidad determinada. ¿Qué papel tie ne la efimeridad en tus obras?
Creo que la efimeridad aporta un valor muy diferente a las intervenciones. Mis piezas, a menudo son pequeñas intervenciones, objetos cambiados de lugar o pequeñas cirugías a los objetos. Que las piezas sean efímeras o no, no es algo que me plantee demasiado. Si el proyecto con el que estoy me pide construir algo atemporal, se pie
nsa a partir de esta premisa. Sin embargo, normalmente, ninguno de los proyectos que hago pide que las piezas sean fijas y, aparte, el presupuesto es ridículo. De ahí lo que hago acaba siendo efímero.
A menudo trabajas con materiales y objetos ordinarios como neumáticos o señales de tráfico, entre otros. ¿En el momento de plantear un proyecto artístico, empiezas a trabajar primero con el material y el apoyo y después con la idea o a la inversa?
Dependiendo del proyecto puede variar mucho. A veces dispones de un objeto / material y te tienes que plantear diferentes posibilidades y el mismo objeto te da la respuesta. A veces hay que transmitir una idea y siempre intento reducirla a un objeto que la represente. Una vez encontrado se juega con las posibilidades de encaje entre la idea y el objeto.
Hoy en día, las redes sociales tienen unos efectos muy directos en la creación de un imaginario colectivo. Como artista y creador activo de contenido, ¿cuál es tu posicionamiento hacia estas herramientas?
Pues no lo sé del todo. Para mí, se ve que es mi herramienta de comunicación. Me siento obligado a utilizar instagram e ir publicando todo lo que voy haciendo. Si no existiera instagram quizás me conocería una quinta parte de la gente que me conoce. Es decir, instagram y las redes nos permiten llegar a mucha más gente de la que podríamos llegar sin ellas. El problema, por ello, es que sea casi obligado estar si es que te quieres ganar la vida.
En varios proyectos has colaborado con otros artistas. ¿Dentro de un sistema que fomenta el individualismo y que nos ajena unos de otros, consideras que el arte se ha convertido en un espacio de colaboración y de resistencia colectiva?
Creo que el arte nos aporta muchas cosas que el sistema en el que vivimos es incapaz de darnos. Me gusta colaborar con gente, sí, pero creo que el arte, o el artista, no se escapa de este individualismo que comentas. Es más, seguramente enfatiza el ego de los que se dedican. Pero no lo sé muy bien.